El
trabajo de la enfermera profesional como formadora no se desarrolla en un vacío
atemporal sino que ocurre en unas instituciones denominadas centros de salud.
Tampoco la enseñanza práctica de enfermeras es una fantasía o entelequia sino
que más bien se da en un tiempo, una circunstancia social y cultural
determinada, y se dirige a unas personas concretas. Todo este proceso social
tiene lugar entre la institución universitaria y la sanitaria y se articula en
el Curriculum de formación inicial que es el contexto donde se materializan y
adquieren sentido y significado las prácticas de formación.
La
formación de enfermeras es una práctica compleja y multifuncional que desempeña
distintas funciones con relación al sistema social y sanitario. Dada la
complejidad de la formación universitaria en general y de enfermeras en
particular y de los procesos que en ella se generan carece de sentido tratar de
dar cuenta de ellos desde una sola perspectiva o recurriendo a explicaciones
causales unilaterales. Ciertamente ningún planteamiento de los dos que a
continuación se ofrecen es lo suficientemente amplio y potente para explicar en
toda su extensión y complejidad la realidad educativa. Sin embargo, ello no
significa que debamos aceptar acríticamente cualquier propuesta. Existen
intentos marcos conceptuales para fundamentar la formación práctica en
enfermería más actuales que otros considerados como obsoletos.
Toda
práctica social institucionalizada como es la enseñanza práctica de la
enfermería parte de unas plataformas conceptuales, perspectivas ideológicas o
estructuras de racionalidad sobre el cuidado y su enseñanza que la orientan y
dan sentido. Esta diversidad conceptual puede articularse en dos perspectivas:
la racionalidad técnica y la racionalidad práctica.
Es
importante que reflexionemos sobre nuestra imagen de cómo es y que naturaleza
tiene la práctica del cuidado porque de ella dependerá, en cierto modo, la
conceptualización de la función
de la enfermera docente/tutora de prácticas y por extensión sus perfiles y
requerimientos formativos.
En
síntesis, la formación de enfermeras no es una entelequia que se desarrolla de
modo inconexo con el desarrollo de la investigación y el conocimiento pedagógico.
Su concepción, comprensión y materialización derivan de las perspectivas
conceptuales y marcos teóricos sobre la formación
universitaria que son predominantes en un momento histórico concreto.
Estos marcos contienen las definiciones de cuidado, salud, función profesional,
curriculum, enseñanza, investigación,
etc., y, lógicamente, la de formación de
enfermeras, las cuales informan y determinan (a menudo en forma de
contenido curricular) la formación de las futuras profesionales del cuidado.
El
conocimiento de las diversas orientaciones conceptuales respecto a la formación
práctica de la enfermera es un factor imprescindible como elemento de reflexión
y análisis de la formación para aseguran una sólida fundamentación de la
misma. Es necesario que se conozcan las diversas aproximaciones que informan y
determinan las variadas realidades del campo de la formación en enfermería
para comprender su naturaleza, posibilidades de acción y seleccionar la que se
crea más adecuada.
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